Salamanca es conocida como la ciudad dorada por el color que adquiere al ser la piedra arenisca iluminada con el sol del atardecer. Habitualmente suele contrastar con un azul intenso del cielo.
Pero la ciudad muestra otra serie de colores en sus distintos espacios y a lo largo de las épocas del año. Así el otoño nos muestra toda su paleta de rojos y naranjas junto a los verdes en los distintos parques y jardines.
El gris viene con el invierno, con sus cortos días cubiertos de nubes o de intensas nieblas que ocultan el sol.
En contadas ocasiones el blanco domina la urbe, dando una sensación de pureza. El transito de vehículos y de personas se reduce. Los fuertes claroscuros parecen eliminar todo aquello que estorba a la vista.
Muy evocadoras
ResponderEliminarMaravilloso
ResponderEliminar