Un patrimonio muy importante al que a penas prestamos atención es al modo de construir que tenían nuestros antepasados, sobre todo en los lugares apartados de las grandes ciudades. Es lo que denominamos arquitectura popular, tradicional, vernácula, sin arquitecto, etc.
Solamente se le presta atención si puede tener un rendimiento económico en forma de turismo. Así tenemos lo que debe ser una casa rural, el modelo que tenemos que seguir cuando acondicionamos un edificio. Galen Rowell asociaba esta idea a Disneylandia en su apreciación de las obras del Machu Picchu.
Una casa de pueblo, de las de siempre, tiene que ser de piedra y esta se tiene que ver. Si la casa es de la sierra tendrá que tener su entramado típico de madera que, por supuesto estará a la vista.
Una casa de pueblo, de las de siempre, tiene que ser de piedra y esta se tiene que ver. Si la casa es de la sierra tendrá que tener su entramado típico de madera que, por supuesto estará a la vista.
Pero claro si somos de las personas que llevamos ya unos años recorriendo nuestros pueblos y que además leemos algún que otro libro, nos damos cuenta de que esto no es así, o por lo menos no debería serlo.
Hay muchos tipos distintos de casas tradicionales dependiendo del lugar y son muchos los materiales de construcción utilizados según su disponibilidad. El entramado de madera es muy utilizado para aligerar los pisos superiores pero casi siempre se encuentran cubiertos, como el resto de la pared, con un revoco.
Los revocos están realizados, principalmente, con arena y cal morena. La madera presenta una mala adherencia con los revocos por lo cual era en los lugares que primero se desprendía, quedando está a la vista. Se intentaba solucionar clavando sogas para que el agarre fuera mejor.
En caso que la casa no muestre la piedra con la que está construida, por supuesto, será de color blanco de la cal. Así nos olvidamos de todas las soluciones que tenemos para los diferentes revocos con los más variados colores que pasan por los añiles, rojos, verdes, amarillos, etc.
No siempre las casa son de piedra, el barro domina en multitud de comarcas ya sea en forma de adobes o de tapiales, con sus revocos de una mezcla con paja denominados trullados. Aquí tenemos una gran variedad de tonos ocres que integran a pueblos enteros en su entorno.
Según Félix Benito hay dos principales causas de deterioro de este patrimonio tradicional. Una es el abandono al que se ve abocado y otra es precisamente lo contrario, el afán restaurador que elimina para siempre multitud de elementos tradicionales. No estaría mal que echáramos un vistazo a los libros de Luis Feduchi o de Carlos Flores para ver como han cambiado nuestros pueblos.
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