domingo, 19 de junio de 2011

Palomares tradicionales en la provincia de Salamanca

La paloma bravía (Columba livia) tiene un largo proceso de domesticación; se tienen noticias de su aprovechamiento 5.000 años antes de C. Los romanos tenían un gran aprecio a esta ave y se le atribuye a ellos la difusión por Iberia de la cría en palomares. Estos edificios tienen mucho parecido con algunas construcciones romanas, como por ejemplo con los Columbarios que era donde se depositaba las cenizas de los muertos, según la tradición etrusca.


Las palomas tienen unas características que las hacen muy aprovechables por los humanos. Se emparejan de por vida y viven en colonias, aprovechando huecos de taludes y paredes rocosas. Tienen una alta fecundidad, un gran sentido de la orientación y son muy fieles a sus lugares de anidamiento. Hay más de quinientas razas y variedades.


Su aprovechamiento principal son los pichones que aportaban proteínas animales a la dieta y grandes rentas en el caso de palomares dedicados a la producción para la venta. Sus excrementos, la palomina, se utilizan como abono, siendo de muy buena calidad. También son conocidos por todos los usos como palomas mensajeras y en las competiciones y exhibiciones. Otra utilización es la cría para la suelta de animales en el tiro al pichón.


Los palomares son abundantes en León, Zamora, Valladolid, Palencia o Portugal. En salamanca también podemos encontrarlos pero en menor abundancia. Suelen ser de menor tamaño y utilizados como un complemento de la economía de subsistencia. En algunos casos son edificaciones aisladas y con un uso exclusivo para las palomas. La mayoría de ocasiones se trata de construcciones adosadas a otro edificio o el aprovechamiento de alguna zona, como por ejemplo los desvanes. Suelen compartir el espacio con el gallinero, reservándose la parte alta para las palomas y la baja para las gallinas.




En Tierra de Campos el material de construcción básico es el barro, en Salamanca se utilizan los mismos materiales que para el resto de las edificaciones, según la zona y que en la mayoría de los casos es la piedra.




El interior del palomar se encuentra  lleno de nichos, realizados en las paredes, para facilitar el anidamiento. Cada paloma utiliza dos nichos alternativamente en sus sucesivas crías. Para la entrada de los animales se realizan unos pequeños ventanucos en la parte alta de la edificación, en algunas ocasiones tienen una pequeña repisa para facilitar el que se posen antes de introducirse en el interior. Una puerta facilita el acceso para retirar los pichones y realizar su limpieza.



Una muestra de la importancia de estas construcciones puede ser el que una pedanía de Alba de Tormes y un municipio cercano a Béjar reciban el topónimo de Palomares. En la actualidad, el tiempo y el abandono hacen que una gran mayoría de estos interesantes edificios estén en ruinas.

lunes, 13 de junio de 2011

Los molinos tradicionales


Cuando el hombre se asienta en poblados y comienza a cultivar la tierra y a domesticar animales también avanza en la elaboración de los alimentos. Quizás uno de los más antiguos y elementales sea el pan. Para su elaboración, a partir del trigo, se necesita la obtención un subproducto, la harina. El proceso requería triturar los granos de las espigas para obtener la materia con la que, junto con el agua y alguna levadura, obtener la masa que una vez cocida sería el pan. Para este proceso se tuvieron que inventar algunos artilugios que ayudaran en el pesado trabajo de la molienda. En principio se utilizaron molinos manuales compuestos de una piedra navicular, donde se depositaba el trigo, y otra piedra que se desplazaba por encima para el triturado. Más sofisticado es el formado por dos piedras circulares, una encima de otra, girando sobre un eje la de encima.


Con el aumento de la población estos sistemas no permitían la obtención de la cantidad necesaria de harina para la alimentación humana. Así, primero se utilizo la fuerza animal y más tarde se emplearían las fuerzas de la naturaleza. Aquí trataremos de los molinos que utilizan la fuerza hidráulica para la realización del trabajo de la molienda.


Hay diferentes tipologías y ya Juanelo Turriano hizo una clasificación detallada en sus Veintiún libros de los ingenios y las máquinas. Cuando lo hizo, los molinos estaban en funcionamiento. En nuestros días la clasificación resulta más difícil ya que en la mayoría de los casos solamente encontraremos un montón de piedras.


Comenzaremos con una descripción de las diferentes partes que forman o contienen los molinos y a partir de aquí iremos definiendo las diferentes tipologías presentes en la provincia de Salamanca.


Todo empieza con una presa o pesquera que retiene y desvía el agua hacia donde nos interesa. La denominación de pesquera se debe a que los huecos destinados a facilitar la salida del agua como aliviaderos se utilizaban para capturar peces. En estos espacios se colocaban sacos y se capturaba todo aquello que la corriente obligaba a pasar por allí. Esto aportaba unas proteínas extra al molinero y en ocasiones otro jornal.


El agua se encauzaba por un canal, llamado caz, que dirigía el agua hasta una pirámide truncada e invertida que comprimía el agua antes de su entrada en el molino.


En otras ocasiones el agua se dirigía a una balsa que con su acumulación ejercía gran presión sobre los pequeños huecos de entrada del molino (saetines).


El agua era arrojada con toda su fuerza sobre una rueda formada con una serie de palas que se encargaba de transformar la energía, El rodezno.


Una gran diferenciación en dos tipos generales de molinos se basa en la posición del rodezno, siendo conocido como “molino” el que lo tiene en posición horizontal.
Si el rodezno se encuentra en posición vertical entonces recibirá la denominación de “aceña”. Estas suelen encontrarse en cursos fluviales de mayor entidad.

En los molinos, el rodezno puede girar libremente o estar colocado dentro de un cilindro, para aprovechar la energía de rotación del agua. A esta última posibilidad se denomina regolfo y fue el promotor de las turbinas. En muchos molinos salmantinos podemos encontrar las dos modalidades de rodezno en un mismo edificio.


La energía se transmite mediante un eje, el palón, hasta la piedra volandera. Son dos piedras redondas, una encima de otra, de las que únicamente se mueve la superior, la volandera, sirviendo la inferior, solera, de base para la molienda.


Las más antiguas se realizaban en granito y en algunos casos podemos ver cerca de la edificación el lugar de donde se extrajeron.


En una ocasión hemos encontrado una de estas piedras que no era totalmente redonda.


Con posterioridad se utilizaron otro tipo de piedras que eran elaboradas en varias porciones y sujetadas con unos cinchos de hierro, se llamaban piedras francesas.


Su diámetro no podía superar unas determinadas dimensiones ya que en caso contrario quemaría la harina. Para facilitar el triturado las piedras tenían unos surcos labrados que tenían que repasarse periódicamente para compensar el desgaste. Existían diferentes dibujos y el molinero los marcaba en alguna parte del molino para recordar el que utilizaba.


En otras partes del molino también aparecían otra serie de marcas labradas en las pareces, principalmente en las puertas. Se trataba de cruces que más que para indicar la pertenencia a alguna orden eclesiástica servían para la protección mágica.


Con el avance de los tiempos aparecieron las fábricas de harinas, que eran fabulosos edificios construidos a orillas de los ríos. En Salamanca podemos ver todavía los restos de las fábricas de Alba de Tormes, Salamanca, Ledesma, Gemma o Lumbrales.


En estas fábricas el molino se reduce a una pequeña máquina en la que se han sustituido las piedras circulares por cilindros metálicos (o cerámicos en las modernas fábricas). En cada fábrica hay varios de estos molinos además de otras máquinas para la limpieza y tamizado de los productos.


Dentro del equipamiento del molino tradicional podemos encontrar, además de las piedras, los guarda polvos (fundas de madera de las piedras que evitaban que se desparramara la harina), la tolva (recipiente que se encarga de verter el trigo para la molienda) o la cabria (grúa para poder mover las piedras en los trabajos de mantenimiento).


Hay mucha bibliografía que se puede consultar para aquellos que tengan interés en profundizar en el tema. La Diputación de Salamanca publico en el 2005 el libro “Caminos del agua por tierras de Salamanca” del que comparto autoría con José Luis García Grinda y Santiago Bayón. Al peligro del abandono y del deterioro por las inclemencias naturales se une el afán por reconstruir construcciones tradicionales sin tener los conocimientos necesarios.

miércoles, 8 de junio de 2011

La Vega de Amatos

La Vega de Amatos es una finca que se encuentra en el término municipal de Pedrosillo de los Aires, en las proximidades de Castillejo de Salvatierra. Localizada entre el regato del Chivarro y el río Alhádiga, ocupa una extensión de terreno ondulado con pendientes suaves. Pertenece a la unidad morfoestructural de la Penillanura y a la Unidad Natural Homogenea del Campo de Salamanca, situada en la comarca histórica de Salvatierra.




Se trata de un paisaje adehesado en el que dominan los amplios prados de pastos con zonas de arbolado disperso. Domina la encina con un mayor número de pies pero también podemos encontrar algunos quejigos dispersos. La distribución de los espacios se hace en función del manejo del ganado vacuno en régimen extensivo. El aprovechamiento de los pastos también se hace mediante el pastoreo de ovejas y la presencia de algún caballo, necesario para las labores camperas.






La montanera, aprovechamiento de la bellota (fruto de la encina y el roble), se realiza por el cerdo ibérico que se encuentra estabulado para una explotación ganadera intensiva.






En este tipo de paisaje el color dominante es el verde no existiendo una gran variación a lo largo del año. El arbolado mantiene su colorido a lo largo de las estaciones, tomando una tonalidad más clara únicamente cuando hay una floración abundante. A nivel herbáceo si se produce un cambio de color siendo verde intenso al principio de la primavera para según va avanzando tomar el color de las diferentes flores que aparecen (rojas, amarillas o azules). Con la llegada del verano los pastos se agostan volviéndose amarillos y no recuperando su color hasta las lluvias otoñales.


Con primaveras lluviosas la floración es abundante y favorece que la dehesa se vea poblada por numerosos insectos. Las aves en esta zona no son muy abundantes aunque las cigüeñas saben aprovechar el alimento que les ofrecen los pobladores de las plantas. En invierno las grullas suelen utilizar esta dehesa para buscar alimento.




La presencia de agua esta representada, además de por los cursos fluviales indicados arriba, por una serie de charcas, necesarias para el manejo del ganado. Aquí viven ranas, tencas y ánades reales.



viernes, 3 de junio de 2011

Avión zapador

El avión es un pajarillo que tiene cierto parecido con la golondrina y hay distintas especies. En esta ocasión nos referiremos al avión zapador (Riparia riparia). Tiene un tamaño de unos doce centímetros y es de color pardo con el pecho claro con una banda oscura por debajo de la cabeza. Los nidos los hace en taludes de tierra próximos a los ríos, formando colonias. Para evitar que los parásitos dañen demasiado a sus crías necesitan hacer nidos nuevos cada año. Si utilizaran repetidamente las cuevas que escavan la falta de higiene acabaría con las nidadas.

(En la foto golondrina daúrica y avión roquero, dos especies proximas)
Utilizan los taludes formados por las avenidas de los ríos que arrasan las orillas. Antes de que los ríos estuvieran regulados estos taludes se renovaban periódicamente con el paso de las riadas. Los aviones no tenían problema en encontrar un terraplén donde escavar su nuevo nido. Ahora la vegetación cubre las orillas y los cortados de tierra existentes no son renovados por lo que estas pequeñas aves tienen problemas para encontrar lugares donde anidar.


He encontrado una colonia de estos pajaritos en un terreno en urbanización, cerca de las aceras y de la carretera. Justo después de pasar el puente llamado “de la Serna”, en una zona escavada para la futura construcción de edificios, permanece un montículo. Con una altura de unos diez metros, esta rodeado de taludes con multitud de pequeños túneles horadados por los aviones. Este tipo de trabajos es beneficioso para el desarrollo de estas aves. Podríamos pensar que si creamos este tipo de paisajes artificiales favoreceríamos a las distintas especies de aves que necesitan cavar agujeros para realizar sus nidos. Pero lo que debemos hacer es favorecer sus hábitats naturales. Esta colonia anteriormente estaba localizada en un talud por encima de las playas del Aldehuela antes de llegar a la pequeña presa que existe. Al ser destruido este han tenido que buscar otro en los alrededores.