El otoño nos regala días magníficos
en los que la temperatura, la luz y el color son los protagonistas de un
espectáculo maravilloso. El paisaje adquiere otra dimensión. El silencio lo
domina todo; solamente el agua, empeñada en horadar el trazado glacial, distrae
nuestros oídos. El robledal se transforma del amarillo matutino al ocre del
atardecer, todo cambia con el tiempo.
muchas gracias para mostrarnos la belleza de las montañas! los colores otoñales y los cielos son magníficos.
ResponderEliminarun abrazo
Espectaculares paisejes...
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