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miércoles, 4 de marzo de 2015

Aceña del Arenal




Entre el puente Enrique Estevan y el puente Romano hacia 1272 “…el cabildo estaba reforzando una presa o pesquera que atravesaba el río de una parte a otra, aguas arriba del puente, comunicando la aceña del Muradal, de su pertenencia y situada en la orilla derecha, con la aceña del Arenal, en la orilla izquierda” según nos cuenta Ángel Vaca en su libro sobre el puente Romano. También nos cuenta que ésta presa era utilizada para el paso de carruajes en los momentos que el puente Romano no podía permitir su paso por haber sufrido algún desperfecto. Supone que la presa podría estar construida con las piedras arrastradas por las riadas pertenecientes al dicho puente.
La aceña del Arenal o del Arrabal por lo tanto sería anterior a dicho año. Posteriormente también aparece en el dibujo topográfico de Antón Van der Wyngaerde. El edificio actual se enfrenta a la corriente del Tormes con su forma de tajamar. En el interior no queda nada de su maquinaria, adivinándose únicamente la presencia de tres parejas de piedras molederas. En el exterior mantiene su rodezno.
Una aceña es un molino que presenta su rodezno en posición vertical y trasmite su fuerza a las piedras por medio de unos engranajes. Las aceñas suelen ser molinos más complejos y situarse en cursos de agua de mayor caudal.

Son construcciones que tuvieron una gran importancia económica y social siendo el precedente de las primeras industrias. Un patrimonio en el olvido que desaparece poco a poco sin prestarle el más mínimo interés. El río que le dio vida se encargará de su lenta destrucción.












































domingo, 8 de diciembre de 2013

Paisaje invernal a las puertas de casa




A los pies de Alba de Tormes cruza el río que le da el apellido. Lugar de paseo por las playas y la dehesa, promocionado institucionalmente como “Ruta de las Aceñas”. El invierno le aumenta el interés por ser buen sitio para observar garzas y otras aves acuáticas. Unas nieblas persistentes y temperaturas por debajo de los menos seis grados crean un paisaje de otros lugares. Vencer la pereza y la confundida idea de mal tiempo nos hará disfrutar de un escenario de cuentos de hadas. En el agua las hadas (garcetas grandes) se nos acercaran para completar su encantamiento.


































jueves, 22 de agosto de 2013

La Fábrica de Harinas




En principio fue la “Aceña del Muradal”, más tarde la fábrica de harinas “El Sur” y en estos momentos el “Casino del Tormes”. Si te acercas a este edificio y no tienes intención de jugarte los cuartos, comer o tomarte una copa, puedes visitar el Museo Molino (se puede solicitar una visita guiada). Con buen acierto se ha mantenido la zona dedicada a la transformación del trigo para que pueda conocerse el proceso completo. Sasores, plansichter, recolectores de polvo, molinos de cilindros, cribas… Poleas y engranajes que aprovechan y distribuyen la fuerza generada por el agua. Viaje del trigo por los diferentes pisos, arriba y abajo, hasta conseguir la calidad de harina requerida. Una vez que la electricidad ganó la batalla estos edificios perdieron su función y los que no se han reconvertido en otro tipo de establecimiento se encuentran abandonados y en ruinas.




























martes, 16 de julio de 2013

Paseo por la ribera del Tormes



Propongo un pequeño paseo, que puede ocuparnos una mañana, por las orillas del río Tormes, a su paso por la ciudad de Salamanca. Yo lo he realizado en numerosas ocasiones, acompañando a grupos de mayores o en cursos de monitores de tiempo libre. Este recorrido agrupa, al igual que este blog, patrimonio cultural y natural. Tomando como referencia las construcciones relacionadas con el agua nos podemos adentrar en la historia de la ciudad y conocer un rico entorno natural. La mayoría de las personas a las que he acompañado eran de Salamanca y aun así, se asombraron de todo lo que se puede descubrir en tan corto espacio.




El recorrido comienza junto a la estatua del Lazarillo de Tormes, personaje literario que nació junto a estas aguas y donde tuvo sus primeros aprendizajes en la vida. Se topo con el “Toro de piedra” (escultura vetona) que podía considerarse como el monumento más antiguo de la ciudad.




Uno de los principales atractivos del recorrido es pasar por sus distintos puentes y comparar sus diferentes facturas. Hay diferentes elementos que podemos comparar entre ellos.




En estos momentos hay once puentes, pero hace cien años solamente había uno. La importancia del puente se ve reflejada en unos sellos de cera que se guardan en los archivos de la Universidad y de la Catedral. Ya en 1259 el Toro de piedra y el puente eran símbolos de la ciudad.




El primer puente fuel el Romano y que será el primero que crucemos. En realidad solamente es romano la mitad. Las riadas y el tiempo han hecho que la otra mitad se reconstruyera más tarde. Es interesante comparar las dos partes y ver como se diferencian las dos épocas (o más) de construcción.




El puente es una magnifica atalaya desde la que podemos divisar el río y observar a sus habitantes. Las aves son abundantes y podemos ver diferentes especies, algunas nos resultarán sorprendentes.




El Puente Romano agrupa diferentes caminos al ser la única entrada a la ciudad por el sur durante muchísimo tiempo. Por un lado está la Calzada Romana y por otro la ruta trashumante de la Cañada Real de la Plata. A la entrada del puente todavía se pueden observar dos descansaderos para el ganado, hoy convertidos en jardín y pistas deportivas.




Más adelante encontramos la Aceña del Arenal o del Arrabal, que está unida con una presa con el otro lado del río, donde se encontraba otra aceña, la del Muradal (hoy es un casino instalado en la antigua fábrica de harinas). Se supone que las piedras que desaparecieron del Puente Romano se encuentran formando esta presa.




Se forma una amplia lámina de agua y, tras la presa, se forman diferentes islas que sirven de refugio a diferentes aves. Una pequeña pasarela nos adentra en el agua para facilitarnos la observación.




A partir de aquí se suceden los distintos puentes. El primero es el de Enrique Esteban, del que este año se conmemora su primer aniversario. Después el Príncipe de Asturias, el Puente del Pradillo, una pasarela peatonal y al final el conocido como Puente de la Serna, último en construirse y final de nuestro recorrido.








Entre puente y puente podemos observar unos muros con una especie de castilletes para la contención de las aguas de las avenidas. También pudieran ser la base donde se encontraban las tres norias que servían para proporcionar agua a la ciudad.




Las orillas se encuentran cubiertas por una magnifica vegetación de ribera. Pero esta vegetación es reciente, la mayoría del arbolado no tiene más de treinta años y los más viejos superan por poco los cien. Esta colonización de las orillas se debe a dos hechos importantes. El primero es la regulación del caudal mediante la construcción de la Presa de Santa Teresa y el Azud de Villagonzalo que dulcifica las perniciosas avenidas periódicas. El segundo es el abandono de las explotaciones de extracción de arena que se hacían en este tramo del río.




También ha habido colonizadores no deseados, como el visón americano que se muestra ante nosotros con total descaro.





Sirva como botón de muestra, ya que es imposible contar aquí todo lo que podemos observar en este pequeño paseo. Una vez no bastará, cada estación tiene sus características y en cada ocasión podremos descubrir diferentes cosas. No siempre tenemos que realizar grandes desplazamientos, cerca de casa también podemos sorprendernos.