Propongo un pequeño paseo, que
puede ocuparnos una mañana, por las orillas del río Tormes, a su paso por la
ciudad de Salamanca. Yo lo he realizado en numerosas ocasiones, acompañando a
grupos de mayores o en cursos de monitores de tiempo libre. Este recorrido
agrupa, al igual que este blog, patrimonio cultural y natural. Tomando como
referencia las construcciones relacionadas con el agua nos podemos adentrar en
la historia de la ciudad y conocer un rico entorno natural. La mayoría de las
personas a las que he acompañado eran de Salamanca y aun así, se asombraron de
todo lo que se puede descubrir en tan corto espacio.
El recorrido comienza junto a la
estatua del Lazarillo de Tormes, personaje literario que nació junto a estas
aguas y donde tuvo sus primeros aprendizajes en la vida. Se topo con el “Toro
de piedra” (escultura vetona) que podía considerarse como el monumento más
antiguo de la ciudad.
Uno de los principales atractivos
del recorrido es pasar por sus distintos puentes y comparar sus diferentes
facturas. Hay diferentes elementos que podemos comparar entre ellos.
En estos momentos hay once
puentes, pero hace cien años solamente había uno. La importancia del puente se ve
reflejada en unos sellos de cera que se guardan en los archivos de la
Universidad y de la Catedral. Ya en 1259 el Toro de piedra y el puente eran
símbolos de la ciudad.
El primer puente fuel el Romano y
que será el primero que crucemos. En realidad solamente es romano la mitad. Las
riadas y el tiempo han hecho que la otra mitad se reconstruyera más tarde. Es
interesante comparar las dos partes y ver como se diferencian las dos épocas (o
más) de construcción.
El puente es una magnifica
atalaya desde la que podemos divisar el río y observar a sus habitantes. Las
aves son abundantes y podemos ver diferentes especies, algunas nos resultarán
sorprendentes.
El Puente Romano agrupa
diferentes caminos al ser la única entrada a la ciudad por el sur durante
muchísimo tiempo. Por un lado está la Calzada Romana y por otro la ruta
trashumante de la Cañada Real de la Plata. A la entrada del puente todavía se
pueden observar dos descansaderos para el ganado, hoy convertidos en jardín y
pistas deportivas.
Más adelante encontramos la Aceña
del Arenal o del Arrabal, que está unida con una presa con el otro lado del
río, donde se encontraba otra aceña, la del Muradal (hoy es un casino instalado
en la antigua fábrica de harinas). Se supone que las piedras que desaparecieron
del Puente Romano se encuentran formando esta presa.
Se forma una amplia lámina de
agua y, tras la presa, se forman diferentes islas que sirven de refugio a
diferentes aves. Una pequeña pasarela nos adentra en el agua para facilitarnos
la observación.
A partir de aquí se suceden los
distintos puentes. El primero es el de Enrique Esteban, del que este año se
conmemora su primer aniversario. Después el Príncipe de Asturias, el Puente del
Pradillo, una pasarela peatonal y al final el conocido como Puente de la Serna,
último en construirse y final de nuestro recorrido.
Entre puente y puente podemos
observar unos muros con una especie de castilletes para la contención de las
aguas de las avenidas. También pudieran ser la base donde se encontraban las
tres norias que servían para proporcionar agua a la ciudad.
Las orillas se encuentran
cubiertas por una magnifica vegetación de ribera. Pero esta vegetación es
reciente, la mayoría del arbolado no tiene más de treinta años y los más viejos
superan por poco los cien. Esta colonización de las orillas se debe a dos
hechos importantes. El primero es la regulación del caudal mediante la
construcción de la Presa de Santa Teresa y el Azud de Villagonzalo que
dulcifica las perniciosas avenidas periódicas. El segundo es el abandono de las
explotaciones de extracción de arena que se hacían en este tramo del río.
También ha habido colonizadores
no deseados, como el visón americano que se muestra ante nosotros con total
descaro.
Sirva como botón de muestra, ya
que es imposible contar aquí todo lo que podemos observar en este pequeño
paseo. Una vez no bastará, cada estación tiene sus características y en cada
ocasión podremos descubrir diferentes cosas. No siempre tenemos que realizar
grandes desplazamientos, cerca de casa también podemos sorprendernos.
Sorprendente y muy interesante todo lo que nos cuentas del breve pero intenso paseo por la ribera del Tormes.
ResponderEliminar'Ojolince y sra.' hemos compartido muchas experiencias y aventuras en la ciudad de Salamanca (etapa estudiantil) y hoy, de tu mano, seguimos descubriendo el alto interés que guarda esa ciudad para nosotros.
Un saludo de 'Ojolince y sra.'
Siempre te agradeceré ese recorrido que realizaste con la gente del Programa de Educación de Calle con Mayores de Asecal. Al volver a nuestra sede venían encantados. Para ellos fue descubrir el rió de otra forma diferente. Muchas gracias Torcua, Besos
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