“Simón, vela y no duermas. Mi imagen está escondida, en una Peña lejana
y tú has encontrarla.”
Una aparición nocturna de la
Virgen hizo que este fraile francés, Simón Roldán, comenzara un largo viaje. Su
búsqueda le llevo por toda Francia sin ningún éxito. Cuando se desanimaba se
producía una nueva aparición, repitiéndole la misma cancioncilla. Muchas
debieron ser las apariciones ya que cambió su nombre por el de Simón Vela.
Continuó con el Camino de Santiago y más tarde con el Camino Mozárabe, hasta
llegar a Salamanca.
“Quince años tardo el buen fraile la Peña encontrar y por fin quiso
Dios que en España la fuera a encontrar.”
En el Corrillo de la Hierba
escucho a unos serranos hablar del carbón de la Sierra de Francia. Se acerco a
preguntarles pero el recelo que tenían a las bromas de los estudiantes hizo que
no le respondieran. Decidió seguirles para ver si averiguaba algo.
Al llegar al lado de la Peña de
Francia, los serranos decidieron terminar con la persecución y lanzaron unas
piedras al fraile. Una le alcanzó dejándole tumbado en el suelo, pasando la
noche a la intemperie. Al día siguiente con la brecha en la cabeza se acercó a
una pequeña cueva, donde encontró la imagen de la Virgen de la Peña de Francia.
En Sequeros, años antes, Juana,
la Moza Santa, había predicho que se encontraría en ese lugar una imagen de la
Virgen por un hombre de buena voluntad y que allí debería construirse un
monasterio.
No siendo el pico más alto de la
sierra, es sin duda uno de los lugares sagrados más importantes de toda la
provincia. Está formada por un sinclinal colgado que ofrece paredes verticales
de cuarcita. Aun podemos observar su origen de fondo marino por la presencia de
fósiles de oleaje o las famosas crucianas.
En lo alto de la montaña se
encuentra un monasterio y en su iglesia la imagen de la Virgen de la Peña de
Francia. La que vemos no es la original ya que esta sufrió algunos desperfectos
tras las numerosas aventuras que tuvo que pasar. La original, más pequeña, se
encuentra en el interior de la réplica que hay en el altar. Esta tiene una
ventanilla para poder ver su interior.
Sitio mágico donde surgen
leyendas en abundancia, presenta un estupendo balcón desde el que se puede ver
toda la provincia de Salamanca y parte de la de Cáceres. En días de niebla se
ven unos espectaculares mares de nueves.
Siempre aprendemos nuevos conocimientos y curiosas historias leyendo tus crónicas.
ResponderEliminarPor cierto, hace un par de años ha sido la última vez que hemos subido 'Ojolince y sra.' a la Peña y ni rastro de las numerosas crucianas que formaban parte del recinto del reloj de sol y otros muros... ¿Sabes qué ha sido de ellas? ¿Las habrán retirado para preservarlas?
Un saludo.
Muy bellas fotografías. Un saludo.
ResponderEliminarMuchas gracias Torcuato, un saludo.
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