El frío no anima a pasear. La
jornada futbolística contribuye a la soledad de las calles. Altos contrastes
entre las luces y las sombras invitan a probar técnicas pictóricas. No es algo
nuevo pero no lo había probado nunca. Quizás estas imágenes se acerquen más a
la promoción turística de intoxicación etílica de fin de semana. Al igual que
podemos hablar de paisajes del miedo o paisajes fugaces, es posible que podamos
hablar también, de los paisajes de borrachera.
Extraordinario reportaje amigo. Me gusta mucho Salamanca y has conseguido unas fotos verdaderamente extraordinarias.
ResponderEliminarSaludos.
Fplaza