jueves, 3 de mayo de 2012

Golondrina (Hirundo rustica)




Ave sobradamente conocida que comparte con nosotros pueblos y ciudades. Destaca su gran capacidad voladora. Machos y hembras son muy parecidos, diferenciándose por la longitud de las plumas de la cola. Los machos más fuertes y sanos tienen estas plumas más largas, siendo un indicativo de su calidad genética.




Tras regresar de sus vacaciones invernales se afanan en construir sus nidos. Es frecuente verlas en las orillas de charcas y riachuelos cogiendo barro con sus picos. Mezclando la saliva con el barro formarán unos casquetes semiesféricos que pegarán debajo de balcones y otros lugares.






La tradición les ha dado un marcado carácter sagrado. La mancha roja de la frente y el babero se atribuye a la sangre de Cristo que las mancho cuando le retiraron la corona de espinas.




Su alimentación se basa en insectos lo que las convierte en seres muy valiosos para los humanos. Se las puede ver cazando mosquitos a poca distancia del agua.






Ave muy querida y beneficiosa que sin embargo resulta molesta con los nuevos hábitos higiénicos. Hay a muchas personas que les molesta tener golondrinas en sus cornisas porque ensucian las fachadas y las aceras. También con las nuevas construcciones se dificulta la instalación de los nidos. Pero como tampoco se toleran las picaduras de los “bichos” se tendrán que comprar más tarros de insecticidas y de ungüentos para aliviar los picores.




1 comentario:

  1. Tenemos que sentirnos muy afortunados de que estas pequeñas avecillas sigan eligiendo nuestros pueblos y ciudades para pasar el verano, no es lógico pensar de otra manera.
    Te ha quedado una preciosa crónica con estas protagonistas de excepción y tan dificultosas de retratar.
    Un saludo de 'ojolince y sra.'

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