El círculo se va cerrando.
Caminos mil veces recorridos. Varias carreteras, paisajes cercanos a la ciudad.
La fugacidad de la mirada que en breves momentos se ha desplazado varios
kilómetros. Llanuras inmensas con escaso arbolado, la huella del hombre en
todos los lados.
Un nuevo camino, algo de
tranquilidad y la luz de las últimas lluvias de la primavera. Dos topónimos nos
guían, Calvarrasa de Arriba, Calvarrasa de Abajo. Árboles salpicados que nos
recuerdan lo que pudo ser otro tiempo. Texturas y colores. Llanuras limitadas
por sierras o por torres de Catedral. Aves que acompañan nuestro caminar.
Paisajes 'de ensueño' y aves perfectamente adaptadas al entorno. Esa es nuestra tierra castellana. Bonita entrada, Torcuato.
ResponderEliminarUn saludo de 'ojolince y sra.' desde Pucela.
Un placer ver tu blog...felicidades.
ResponderEliminarPreciosa entrada.
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