La paloma bravía (Columba livia) tiene un largo proceso de domesticación; se tienen noticias de su aprovechamiento 5.000 años antes de C. Los romanos tenían un gran aprecio a esta ave y se le atribuye a ellos la difusión por Iberia de la cría en palomares. Estos edificios tienen mucho parecido con algunas construcciones romanas, como por ejemplo con los Columbarios que era donde se depositaba las cenizas de los muertos, según la tradición etrusca.
Las palomas tienen unas características que las hacen muy aprovechables por los humanos. Se emparejan de por vida y viven en colonias, aprovechando huecos de taludes y paredes rocosas. Tienen una alta fecundidad, un gran sentido de la orientación y son muy fieles a sus lugares de anidamiento. Hay más de quinientas razas y variedades.
Su aprovechamiento principal son los pichones que aportaban proteínas animales a la dieta y grandes rentas en el caso de palomares dedicados a la producción para la venta. Sus excrementos, la palomina, se utilizan como abono, siendo de muy buena calidad. También son conocidos por todos los usos como palomas mensajeras y en las competiciones y exhibiciones. Otra utilización es la cría para la suelta de animales en el tiro al pichón.
Los palomares son abundantes en León, Zamora, Valladolid, Palencia o Portugal. En salamanca también podemos encontrarlos pero en menor abundancia. Suelen ser de menor tamaño y utilizados como un complemento de la economía de subsistencia. En algunos casos son edificaciones aisladas y con un uso exclusivo para las palomas. La mayoría de ocasiones se trata de construcciones adosadas a otro edificio o el aprovechamiento de alguna zona, como por ejemplo los desvanes. Suelen compartir el espacio con el gallinero, reservándose la parte alta para las palomas y la baja para las gallinas.
En Tierra de Campos el material de construcción básico es el barro, en Salamanca se utilizan los mismos materiales que para el resto de las edificaciones, según la zona y que en la mayoría de los casos es la piedra.
El interior del palomar se encuentra lleno de nichos, realizados en las paredes, para facilitar el anidamiento. Cada paloma utiliza dos nichos alternativamente en sus sucesivas crías. Para la entrada de los animales se realizan unos pequeños ventanucos en la parte alta de la edificación, en algunas ocasiones tienen una pequeña repisa para facilitar el que se posen antes de introducirse en el interior. Una puerta facilita el acceso para retirar los pichones y realizar su limpieza.
Una muestra de la importancia de estas construcciones puede ser el que una pedanía de Alba de Tormes y un municipio cercano a Béjar reciban el topónimo de Palomares. En la actualidad, el tiempo y el abandono hacen que una gran mayoría de estos interesantes edificios estén en ruinas.