Los colores cálidos del cielo al
amanecer y al atardecer se deben al filtrado que hace el polvo y la humedad en
los rayos solares, dejando pasar únicamente las longitudes de onda pertenecientes
a los amarillos y los rojos.
Con la lectura del libro “Luces de Montaña” de Galen Rowell descubrí que también hay
que mirar al lado contrario del sol cuando este se pone o cuando apare. Así
podremos observar la sombra que proyecta La Tierra sobre el cielo en forma de
una franja de tonos fríos azulados. He podido disfrutar de este espectáculo
multitud de veces desde entonces pero no había tenido ocasión de fotografiarlo
hasta ahora.
HDR
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