Este ha sido un buen año para la
observación de grullas en Salamanca. Utilizan el Pantano de Santa Teresa para
pasar la noche. Durante el día se dirigen a las dehesas próximas para
alimentarse. También utilizan vegas con plantaciones de maíz, donde las
concentraciones son mayores. Hemos llegado a ver un grupo cercano a las mil
grullas en una tierra de cultivo. También se suelen ver pequeños grupos,
compuestos por dos adultos y uno o dos jóvenes. Los jóvenes se diferencian fácilmente
por tener la cabeza de color marrón y no presentar la mancha roja del píleo.
Siempre alerta, cuando sienten
una amenaza, primero algunas grullas estiran el cuello hacia arriba para
mejorar la vigilancia. Si el peligro persiste dirigen la cabeza hacia delante,
también con el cuello estirado, y comienzan a correr aleteando para levantar el
vuelo. Son característicos los vuelos en formación, así como el trompeteo que
emiten frecuentemente.
Muy chulas todas, especialmente las de los grupitos familiares. Los aerogenerados dan miedo, menos mal que en esa dirección no se desplazan.
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