Estos animales fueron introducidos en España en los años cincuenta del siglo pasado con fines cinegético. Esto causo problemas con la vegetación y la desaparición del corzo en algunas zonas. En Salamanca podemos verlo en algunas dehesas, tras el vallado cinegético que los custodia.
Los machos se diferencian de las hembras por tener unas fuertes cuernas en forma espiral que van creciendo con los años. Los machos presentan, también, una mancha blanca en el lomo, a modo de silla de montar, que se va haciendo de mayor tamaño con la edad.
Las hembras, de un tamaño algo menor, presentan en la cara una mancha blanca que se va extendiendo con la edad. Cuando son jóvenes no se aprecia prácticamente esta mancha. La cara también se va haciendo más ovalada con la edad.
Pues yo me creía que eran autóctonos de aquí, nunca me acostaré sin saber algo nuevo...saludos Tony
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