Cuando caminamos por campos abiertos hay una serie de pajarillos de tonos marrones y con pequeñas crestas que nos complican nuestro interés por saber de que especie se trata. La complicación es mayor en estas épocas de verano cuando los polluelos han abandonado el nido y se mezclan con el resto de aves con un plumaje distinto al de los adultos.
En este caso tenemos a un pollo de totovía que se caracteriza por sus tonos rojizos, su cola corta y por una ceja blanquecina que llega a unirse en la nuca. Podemos observar el tamaño de la uña posterior, típica de los pájaros que pasan mucho tiempo en el suelo.
Buena descripción, bien ambientada con esa imagen tan perfecta del joven de totovía.
ResponderEliminarEsta es la mejor manera de aprender a distinguirlos.
Un saludo de 'ojolince y sra.'
Very nice Torcuato.
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