Esta rapaz nocturna está presente en numerosos jardines y bosquetes próximos a las ciudades. En esta ocasión anidó en un cedro, al lado de una acera, de una urbanización salmantina. Crecidos los pollos y totalmente emplumados decidieron buscar un lugar más apartado para refugiarse. Eligieron un abedul y los cinco pequeños búhos permanecen juntos en él. Se agrupan de dos en dos, dejando al mayor de ellos solo. Pronto dejaran de depender de sus padres y tendrán que dedicarse a cazar ratoncillos para comer.
Fantásticas fotografías de un hermoso animalillo. Un saludo.
ResponderEliminarUna maravilla de fotos y de buhillos. ¡Qué bien que salga toda la familia adelante!
ResponderEliminarUn saludo de 'ojolince y sra.'