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jueves, 1 de agosto de 2013

Puentes en la frontera



La Fregeneda es pueblo de frontera, pero también lo es Barca D’Alba. Adentrarnos en territorio portugués supone atravesar dos importantes ríos, el Águeda y el Duero. Su unión en esta zona, de orografía intrincada, complica la comunicación entre nuestros dos países vecinos. Tres puentes, dos sobre el río Águeda y uno sobre el Duero, ponen en contacto a La Fregeneda y a Barca D’Alba con el resto de Portugal y de España. Tres construcciones de diferentes épocas y de diferentes estilos y materiales. Dos sirven para el tránsito de vehículos y el tercero servía para el paso del ferrocarril (hoy abandonado).




























jueves, 31 de enero de 2013

Por el Algarve




Viajes lentos en los que se tarda en llegar al destino. Tren, ferry, trasbordos, nos vamos acercando poco a poco. Disfrutar de la gastronomía portuguesa. Desde unas langostas cocinadas en una especie de platos de camping (la cataplana) hasta unos huevos fritos con beicon. Paisajes marítimos espectaculares. Acantilados compuestos por montones de fósiles. El tiempo le da el toque pictórico a las diapositivas.




























miércoles, 18 de julio de 2012

Festa da Transumância




Cerca de Guarda, en plena Sierra de la Estrella, se encuentra Fernando Joanes. Pequeño pueblo que conserva muestras de arquitectura popular portuguesa. Destacan las “eiras”, construcciones dedicadas a alojar a las ovejas, situadas a las afueras del pueblo. Podría decirse que son únicas.












Guardan con cariño sus tradiciones y no dejan de homenajear a aquellos que se dedicaron a oficios tradicionales, como el de pastor. Después de unos años de paréntesis, este año se vuelve a celebrar la fiesta de la trashumancia. Una buena oportunidad para conocer a estas gentes amables y hospitalarias.





























sábado, 14 de abril de 2012

Castelo Branco




Hace ya unos años pase por esta ciudad portuguesa. Estuve poco tiempo pero fue el suficiente para entablar una amistad que perdura en el tiempo. Una visita agradable en la que me trataron con amabilidad extrema. Poco tiempo ha sido también esta vez, sentados en la Plaza Mayor de Salamanca, pero suficiente para la promesa de visitar nuestras dos ciudades (y alrededores) con más calma.
Sean estas imágenes un saludo a mis amigos de Castelo Branco.