Sin duda es uno de los animales
que más me atraen. Es protagonista de de relatos como los que a continuación
mostramos. Sacados de “Selección de Fábulas de Don Félix Mª de Samaniego”.
Dalmáu Carles, Pla, S. A. Gerona, 19 de julio de 1927.
La zorra y el busto
Dijo la zorra al
busto,
Después de olerlo:
Tu cabeza es hermosa,
Pero sin seso.
Como éste hay muchos,
Que, aunque parecen hombres,
Sólo son bustos.
El león y la zorra
Un león, en otro
tiempo poderoso,
Ya viejo y achacoso,
En vano perseguía
hambriento y fiero,
Al mamón becerrino y
al cordero,
Que, trepando por la
áspera montaña,
Huían libremente de
su saña.
Afligido de hambre a
par de muerte,
Discurrió su remedio
de esta suerte:
Hace correr la voz de
que se hallaba
Enfermo en su
palacio, y deseaba
Ser de los animales
visitado.
Acudieron algunos de
contado;
Mas, como el grave
mal que le postraba
Era un hambre voraz,
tan sólo usaba
La receta exquisita,
De engullirse al Señor de la visita.
Acércase la zorra de
callada,
Y a la puerta
asomada,
Atisba muy despacio
La entrada de aquel
cóncavo palacio.
El león la divisó, y
en el momento
Le dice: - Ven acá,
pues que me siento
En el último instante
de mi vida.
Visítame como otros,
mi querida.
-¡Como otros! ¡ah
señor! He conocido
Que entraron sí, pero
no han salido;
Mirad, mirad la
huella;
Bien claro lo dice
ella;
Y no es bien el
entrar dó no se sale.
La prudente cautela mucho vale.
La zorra y la gallina
Una zorra cazando,
De corral en corral
iba saltando:
A favor de la noche,
en una aldea,
Oye el gallo cantar;
maldito sea.
Agachada y sin ruido,
A merced del olfato y
del oído,
Marcha, llega, y
oliendo a un agujero,
-Este es, dice; y se
cuela al gallinero.
Las aves se
alborotan, menos una,
Que estaba en cesta
como un niño en cuna,
Enferma gravemente.
Mirándola la zorra
astutamente,
Le pregunta: - ¿qué
es eso, pobrecita?
¿Cuál es tu
enfermedad? ¿Tienes pepita?
Habla: ¿Cómo lo
pasas, desdichada?
La enferma le
responde apresurada:
-Muy mal me va,
señora, en este instante,
Muy bien si usted se
quita de delante.
Cuántas veces se vende un enemigo,
Como gato por liebre, por amigo;
Al oir su fingido cumplimiento,
Respondiérale yo para escarmiento:
Muy mal me va, señor, en este instante,
Muy bien, si Usted se quita de delante.
La zorra y las uvas
Es voz común, que a
más del mediodía
En ayunas la zorra
iba cazando:
Halla una parra,
quédase mirando
De la alta vid el
fruto que pendía.
Causábale mil ansias
y congojas
No alcanzar a las
uvas con la garra,
Al mostrar a sus
dientes la alta parra
Negros racimos entre
verdes hojas.
Miró, saltó, anduvo
en probaturas;
Pero vió el imposible
ya de fijo.
Entonces fue cuando
la zorra dijo:
No las quiero comer: No está maduras.
No por eso te muestres impaciente,
Si se te frustra, Fabio, algún intento:
Aplica bien el cuento,
Y dí: No están maduras, frescamente.
Se le suele atribuir algunas
características humanas como la astucia y la inteligencia. Pero también se le
suele hacer responsable de la mayoría de los males del campo. No es raro que la
forma más fácil de verlo sea como aparece en la foto final de esta entrada.
Muy buenas fotos antes las veía más a menudo ahora hace mucho tiempo que no veo una y espero no verlas como la del final del cuento.
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