El 15 de
septiembre de 1902 se colocó la primera piedra para la construcción del que
sería, por mucho tiempo, el segundo puente de acceso a Salamanca. Por lo tanto se
cumplen cien años de esta importante obra de ingeniería que permitió una mayor
fluidez en la entrada a la ciudad de los viajeros que venían del sur de la
península, de Portugal y de Madrid.
El nombre lo
recibe de un concejal del ayuntamiento que se empeño en conservar el puente
Romano y construir este nuevo, en una época en la que el aprecio por el
patrimonio cultural era aun menor que el de ahora. En estos momentos la ciudad
disfruta de algún puente más para la mejor comunicación de las dos orillas del
río Tormes.
Menos mal que hubo una persona con visión de futuro y de pasado.
ResponderEliminarPues si una persona con seso que impidió que pusieran la parafernalia en el puente Romano, así conseguimos tener do joyas, si no seguramente habría desaparecido el Puente Romano.
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