Hay lugares cuyo nombre solamente
recuerda a muy pocas personas la importancia que tuvo. Trabajos duros que no
solamente contribuían a la economía local, sino que arrastraban con ellos una
abundante cultura popular. Esta fuente es de las que los lugareños llaman
“romanas”, de las que “cuando llueve mana”, debido a que están construidas en
piedra y tienen un arca que protege el agua de su entorno. A las orillas del
río Águeda mantiene su agua a lo largo de todo el año. Además de calmar la sed
de los que pasan por el lugar, esta fuente tiene un diseño especial relacionado
con su nombre. Estaba pensada para realizar algunos de los procesos de
transformación de la planta de lino en una fibra textil. El lino, una vez
cultivado, se golpea para desprender las semillas que se utilizaran para nuevas
siembras o para obtener aceite de linaza. El resto de la planta se ataba en
matojos y se sumergía en agua durante un cierto tiempo. Cuando se consideraba
oportuno se cogían los hatijos y se golpeaban con una especie de espada de
madera para desprender las fibras vegetales. De aquí se pasaba al torcido y al
hilado para después tejerlo en diferentes prendas.
En muchos casos el olvido y el
paso del tiempo no han logrado acabar con estas construcciones. Más peligro
tienen algunas mentes privilegiadas que al descubrirlas pretende “ponerlas en
valor”. Cemento en mano, pintura de recubrimiento verde piscina, focos,
carteles y rejas acaban en pocos días con el encanto que mantenía vivos las
ninfas, hadas de las fuentes, moras encantadas, lamias, xacias, gojas y donas d’aigo.
Estos lugares te desplazan a senti lo maravilla de ser humano en cada momento,me encantar poder ver sitio donde hubo gente y culturas que con su trabajo contribullo hacer nustra historia y poder ver esos resto que aun quedan y que deberiamo cuidar,gracias por publicar esas fotos y el porque,
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